Enseñanza del Maestro Saint Germain
Muchísimo se ha escrito sobre el fabuloso, enigmático, misterioso, Conde Saint Germain, el “Hombre Maravilla” que llenó el escenario Europeo en los Siglos XVII y XVIII.
Los archivos oficiales, papeles de Estado y Asuntos Extranjeros de toda Europa, contienen copiosas menciones de “El Conde”, y después de su desaparición surgieron numerosas novelas y memorias; inspiradas por el prodigioso personaje, entre las cuales se destacan como más famosas, “Zanoni” de Bulwer Lytton, “El Conde de Montecristo” de Dumas padre y “La Pimpinela Escarlata” de la Baronesa Orczy.
Todo esfuerzo para investigar la fuente de sus recursos, resultó infructuoso. No utilizaba ni bancos ni banqueros. Sin embargo, se movía en una esfera de crédito ilimitado. Los intentos de apresarlo fracasaron siempre. El Conde se deslizaba y desaparecía misteriosamente para reaparecer de inmediato en un país diferente.
Los escritos que surgieron más tarde, y que aún existen, no logran explicar una sola palabra de los enigmas y misterios de “El Conde”.
La verdad sencilla respecto al Conde Saint Germain es que es un Iluminado, un Adepto, un Enviado Especial de la Jerarquía Blanca para cumplir múltiples misiones con numerosas obligaciones.
La historia repite a ciegas que nació el 26 de mayo de 1696, hijo del último soberano de Transilvania, Ferenez II Rakoczi y la Princesa Carlota Amadea de Hesse Rheinfels, en el castillo Rakoczi en los Montes Cárpatos.
Perseguido por Carlos VI, quien lo destronó, Ferenez II quiso proteger a su hijo el Príncipe Rakoczi, y después de haber hecho circular la falsa noticia de la muerte del pequeño, lo envió a sus dependencias de Florencia, al cuidado de Gian Gastone, el último de los Médicis.
El Príncipe era un apuesto joven, muy inteligente y adelantado espiritualmente. A los catorce años se destacó en el movimiento franco-masónico italiano, mientras seguía sus estudios en la Universidad de Siena.
En 1735, desterrado en Turquía, muere Ferencz II, en los mismos momentos, su hijo, el Príncipe Rakoczi es visto en Holanda, estableciendo contacto con Sir Loane, Rosacruz prominente y Presidente de la Royal Society de Londres. En otra oportunidad el Sultán de Turquía lo envió en misión diplomática a Transilvania, al mismo tiempo el Príncipe era huésped del Shah de Persia.
Nuevamente, ante el público es dada la noticia de que “El Príncipe” ha muerto, un año después que su padre, cuando los acontecimientos lo iban tal vez a atar a una vida oficial en Hungría. Apenas se dice que “muere” en Transilvania, es visto en Escocia donde aparece misteriosamente hasta el año 1745. En todos los años que se movió en Europa actuó bajo los nombres de: Marqués de Montferrat, Conde Bellamare, Caballero Schoenig, Caballero Weldon, Monsieur de Surmont y Conde Soltikoff.
Ha llegado el momento de comenzar su misión en París y se presenta al mariscal Belle Isle con el nombre de Conde Saint Germain.
El mariscal Belle Isle lo lleva a París, lo presenta a madame Pompadour, quien a su vez lo presenta al Rey de Francia, y comienza a desplegarse la magia desconcertante del “Conde Saint Germain”.
Representaba sólo treinta años de edad, el mundo veía en Él un joven y noble señor de modales exquisitos, de gran dignidad, de impecable cortesía. Su porte era militar, delgado y de mediana estatura. Su cuerpo era asombrosamente bien formado. Sus manos delicadas, sus pies pequeños, sus movimientos elegantes, su cabello era oscuro y fino, sus ojos pardos. Una de sus biógrafas, la condesa d´Adhemar, no se cansaba de ponderar “¡Qué ojos! ¡Jamás los he visto iguales!
Todo en Él lo revelaba como perteneciente a una muy antigua y noble familia. Vestía sobriamente, de corte impecable y de las mejores telas.
El Conde Saint Germain presentaba la invariable compostura, la conducta, el refinamiento y la cultura que caracteriza a los nobles de rango y educación. Todo esto unido a una fascinante conversación, una versatilidad para cambiar de tono y tema, que lo hacían siempre refrescante, inesperado e inagotable.
Daba la impresión de haber viajado por el mundo entero y sobre todo, de haber asistido personalmente a todo cuanto ha existido en nuestro planeta. Frecuentaba las fiestas pero jamás lo vio nadie comer ni beber.
El Conde era, sin duda, un acabado diplomático, un genio artístico, un excelente músico y compositor, que ejecutaba el piano con maestría, que en el violín rivalizaba con Paganini, que cantaba con una lindísima voz de barítono como los muy grandes, y que, al parecer, vivía eternamente, hablaba del descubrimiento de un líquido especial que lo había mantenido vivo durante dos mil años.
En Londres, en la casa Walsh de Catherine Street, en el año 1740, El Conde publicó varias composiciones. Conocemos sólo una, un aria de su pequeña Ópera “L´Inconstanza Delusa”, compuesta en el estilo rococó del Siglo XVIII, muy bonito, muy florido. Esta obra comienza con las notas tonales del Adepto, Maestro Ascendido Saint Germain, DO-FA, de la Quinta octava del teclado.
Siendo un gran músico, Él podía acompañar composiciones difíciles en el piano sin una partitura musical. Él también era un compositor de mérito y algunas de Sus composiciones están en el museo Británico fechadas 1740-1760. El inspiró a Johann Strauss para escribir los Waltzes que todo el mundo ama tanto. Inspiró también las más grandes obras de Chopin y Tchaikowsky.
Por supuesto, no cabe duda alguna de que para que un hombre inteligente pudiera introducirse en la Corte más brillante de Europa, le era indispensable un bonito nombre y título nobiliario, francés con preferencia, y auténtico, a prueba de investigaciones. Corre el dato de que los dominios de Ferencz Rakoczi en Italia se llamaban “De San Germain”.
Asombraba a todo el mundo la memoria extraordinaria del Conde Saint Germain. Repetía páginas enteras después de una sola Ojeada. Era un políglota logrado, tenía perfecto comando del Francés y todas las lenguas Europeas, era versado en Sánscrito, Chino, Árabe, Griego y Latín. El Conde era ambidextro, podía escribir con ambas manos a la vez, las dos mitades de su cerebro eran independientes, ya que con una mano podía escribir un soneto, y con la otra una carta de amor.
Su amigo, el historiador vienés, Franz Graeffer relata que un día, en medio de una conversación con el Conde, de pronto lo vio ponerse serio, rígido como una estatua, sus ojos usualmente tan expresivos, se hicieron incoloros y sin vida. Al rato se reanimó, su puso de pie y haciendo un gesto de despedida con la mano exclamó en alemán “Ich cheide” (me voy), “me verán una vez más, mañana. Se me necesita en Constantinopla, luego en Inglaterra. Por ahora tengo que ir a preparar dos inventos que verán en el próximo siglo. Un barco y un tren”. Él dijo que luego desaparecería de Europa e iría a la región de los Himalaya. En 85 años la gente lo vería de nuevo. Su siguiente aparición se registra cuando Él apareció para ayudar a Helen Blavatsky a formar la Sociedad Teosófica, (1875).
Nuevamente se declara la muerte del Conde Saint Germain en el Castillo del Duque Carlos, en Eckernfoerde, en Suecia, el 27 de Febrero de 1784, pero es tan falsa como las anteriores.
El Conde ha sido visto muchas veces después de esa fecha, como en una conferencia privada muy importante con la Reina Catalina de Rusia, en el año 1785. Se le apareció a la Princesa Lamballe momentos antes de ser decapitada, se le apareció a Jeanne Dubarry, la amante del Rey, también en los momentos que esperaba en el patíbulo, en los días del Terror de 1793; El Conde de Chalons dijo haber conversado con Saint Germain en 1788, en la plaza San Marcos en Venecia, la noche antes que él partiera a Francia.
En los años 1920, el obispo Leadbeater de la Iglesia Católica Liberal, paseando en Roma se encontró con el Maestro Saint Germain, vestido como cualquier caballero italiano y conversaron por más de una hora en el Pincio, (Monte de Roma).
A partir del año 1930, dio el conocimiento de la Poderosa Presencia "YO SOY" y uso de la Llama Violeta a la humanidad, evitando además en esa época, (con la ayuda de Seres Cósmicos, Maestros Ascendidos, y seres no ascendidos), que la segunda guerra mundial llegara a América para su destrucción. Parte de Sus esfuerzos han sido conocidos a través de la Actividad "YO SOY" fundada y dirigida por Él mismo con la colaboración de Su discípulo Guy Ballard.
En éste nuevo ciclo, La Era de Acuario, y sucediendo al Amado Maestro Jesús, El Nuevo Avatar continúa Sus esfuerzos por traer la Libertad a la humanidad. Para lograr este propósito se hace visible la asistencia y apoyo incondicional de la Gran Hermandad Blanca, El Amado Maestro El Morya funda “El Puente a la Libertad”, (1952-1979), organización donde los Maestros Ascendidos aportaron más de la Enseñanza Espiritual para la Nueva Era de Acuario.
El Maestro Ascendido Saint Germain, ha trabajado para América por más de doscientos años.
Él es originario del Planeta Urano, se iluminó y elevó Su cuerpo en 1684.
Este amado Maestro fue Coronado como Avatar de la Era de Acuario el 1° de Mayo de 1954, dando inicio oficial a este nuevo periodo de 2000 años. Hasta ese momento era Director del Rayo Violeta, desde entonces asumió esa responsabilidad la Madre Mercedes.
La Nota Tonal del Maestro Saint Germain se encuentra en el Adagio del Concierto de Aranjuez del compositor Joaquín Rodrigo.
El Patrón Electrónico del Maestro es la Cruz de Malta.
Su Templo es El Palacio del Propósito del Hombre, ubicado sobre el plano etérico, en el Monte Ávila, en Caracas, Venezuela.
La Llama que arde en este Templo es Violeta, las Virtudes principales son Transmutación y Libertad.
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Metafísica no es religión, es una filosofía de vida que enseña Espiritualidad en la actual Nueva Era de Acuario del Maestro Saint Germain. Metafísica quiere decir lo que va más allá de lo físico, lo intangible. En Metafísica se estudia la Jerarquía Espiritual de Shamballa, los Seres De Luz, Sus Templos y Actividades. Los 7 Rayos, en especial la Llama Violeta Transmutadora, invocaciones y ejercicios de Curación, Prosperidad, Protección, etc. Es el nexo entre lo Divino y lo humano.
Metafísica, Enseñanza Espiritual de la Nueva Era
Saint Germain
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